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3 Efectos que serán causas
lunes, 15 de mayo de 2017

I
La vida es un permanente juego de opciones, un continuo elegir, y de cada elección se deriva un nuevo caudal de posibilidades/elecciones. Es de esta manera.
Hay elecciones en las que sencillamente las opciones son todas imperfectas, en las que se opta por la mejor o por la menos mala. En el resto de los casos se elige entre opciones indefinidas, imprecisas, sin horizontes claros. Estos son los dos tipos de situaciones.
Voy a un ejemplo.
II
Se avecina una votación en un asunto político.
La primera decisión es evidente: votar o no votar. Este caso se corresponde con el de las opciones indefinidas: la ética toma el mando y coloca al individuo en un lugar muy determinado, se es actor o se es espectador. Si se decide no votar y adoptar el papel de espectador, todo el proceso posterior y sus efectos, aparentemente, no involucran... aparentemente. Mas si se decide votar, es altamente probable que el individuo se vea abocado a participar en el otro tipo de elección: en la que las opciones son incompletas, poco satisfactorias y muy probablemente vergonzantes.
III
Tras cada decisión, ante cada opción optada, es preciso evaluar con lucidez los efectos colaterales o al menos alguno de ellos, los más «decisivos», y no mirando hacia lo que pudo ser y no fue, si no, al contrario, mirando hacia lo que será por lo que es; efectos que serán causas, novedosas situaciones, inminentes elecciones.
Una elección tras otra.
IV
Esto es tan de esta manera, que únicamente la suprema elección , aquella que pondría rúbrica final al teatro de las elecciones, es la única que no es englobable en uno de los dos tipos, o sí, ya que sin duda es una elección entra dos opciones categóricas: una, muestra un horizonte nebuloso e improbable, y otra, un horizonte... en vertical, en caída libre, en modo «cerrando el círculo». Pero esto ya es otra historia.

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© Zalberto | mayo - 2025