1 Erri De Luca, escritor
sábado, 07 de abril de 2018

Tengo 68 años. Nací en Nápoles y vivo en el campo, al norte de Roma. Tengo una compañera. No tengo hijos. Soy la persona más de izquierdas que conozco. No tengo relación con la divinidad, pero me produce curiosidad la historia sacra. He tenido suerte en la vida, no me puedo lamentar por lo que me falta



¿Es usted un poeta, un obrero...?

Hoy en la renta relleno la casilla de escritor, pero durante veinte años rellené la de obrero.

¿Y qué dice su alma?

No la frecuento.

Su padre era agente de comercio, ¿por qué escogió ser obrero?

Me fui de casa a los 18 años. No me sentía libre ni en casa ni en Nápoles. Participé en un mo­vimiento revolucionario, Lotta Continua, hasta los 30 años. Siempre fui obrero. Escribo para hacerme compañía.

Condujo un convoy como voluntario durante la guerra de la ex Yugoslavia.

He tenido la suerte de pertenecer a la primera generación de europeos que no ha vivido la guerra. Llevaba víveres a Bosnia, a los guetos musulmanes. Atendía a los más débiles, y eso me gustaba.

También fue cooperante en Tanzania.

Acabé un trabajo de albañil en Francia y decidí que ya no quería trabajar más por un salario.

¿Qué le sorprendió?

Me atrapó la malaria y alguna serpiente. Pero me gustan los animales. De niño cuando debía ir a la escuela me iba al zoo. Y en aquel rincón de África, al atardecer, oía el rugir de los leones como cuando era niño. Y los murciélagos eran tan numerosos que te tocaban el rostro con sus alas: Han sido las caricias más delicadas de mi vida.

¿Cómo le han cambiado los años?

Todo lo que soy me viene del cuerpo, de la experiencia física, no de la cabeza. La cabeza es la última en saber qué es lo que sucede.

El cuerpo son las emociones.

Sí. Yo he pertenecido a una generación revolucionaria, muy apasionada. El sentimiento más fuerte ha sido el de justicia, y creo que eso es lo que nos hace actuar. Mi cabeza si no siente está vacía,...

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© Zalberto | mayo - 2025