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1 Una misma fórmula simplísima explica tanto la forma de un elefante como la de un pin
viernes, 04 de septiembre de 2015

“La mente humana evolucionó para creer en los dioses. No evolucionó para creer en la biología”, escribió en uno de sus libros el biólogo estadounidense Edward O. Wilson. Y quizá por ello resultan tan increíbles los principios matemáticos que se esconden detrás de los seres vivos y que explican que, por ejemplo, el corazón de un ratón lata el mismo número de veces a lo largo de su vida que el de un elefante, pese a que el roedor vive un año y el paquidermo unas 70 veces más.

Reveladas las ínfimas vibraciones esenciales para la vida humana

Un grupo de investigadores echa hoy más leña al fuego del asombro al sugerir que las formas de las plantas y de los animales evolucionaron en respuesta a los mismos principios matemáticos y físicos. Los aspectos de un pino, de una hiena y del cantante Julio Iglesias serían, a grandes rasgos, fruto de una misma regla.

Los científicos, de las Universidades de Maryland (EEUU) y de Padua (Italia), han refinado una vieja fórmula propuesta en 1932, cuando la biología vivía más o menos ajena a las grandes fórmulas de las que presumían físicos y matemáticos. Entonces, el químico suizo Max Kleiber metió a diferentes especies de animales en cámaras para medir su respiración y llegó a una sorprendente conclusión: el metabolismo de un animal —su respiración, circulación sanguínea y digestión, entre otros procesos—, fuera cual fuera el animal, se podía predecir calculando su peso corporal elevado a la 0,75 potencia.

Animales en llamas

La fórmula, conocida como Ley de Kleiber, muestra que el metabolismo se acelera cuando el tamaño del animal es menor. Es útil, por ejemplo, para calcular la dosis correcta para humanos de un medicamento probado en ratones. Y los científicos la han llevado ahora más lejos.

“Las geometrías de plantas y animales han evolucionado más o menos en paralelo”, ha explicado en un comunicado el botánico Todd Cooke, de la Universidad de Maryland. “Las primeras plantas ...

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