1 Isla Correyera
miércoles, 17 de octubre de 2018



Génesis


Bajo la yerta bóveda celeste

las bichas y los perros se aparean,

humos exhalan de las bocas ambos

y agrándanse los falos de los mulos.



Un líquido caliente enciende el fango

y de los termiteros surge

una vegetación salvaje de equisetos.

Rompen el mar las hembras del escualo

y los peces de luz se adentran en la sombra.

Arde el amor en los cañaverales

y en el iglú los esquimales arden.



El hueco del volcán precisa un órgano,

extremidad, vapor, espasmo y concordancia.

Una guarida el oso y un prado recogidísimo el antílope.

Preservad a la rana la intimidad del charco,

el grito sideral de los conejos,

la vigorosa sazón de los capullos

y la explosión final de las bellotas.



Bálanos, sangre,

cataratas de semen, corran en la Historia

por el peritoneo universal de las especies.



Un diluvio de leche y de semillas

exista para el toro,

el caracol, la mantis.

Caigan esporas, dispérsense vilanos,

que las danzas del sexo y el cortejo

despierten del sueño invernal con regocijo.



Estacas, árboles y alambres,

para todas las aves y sus huevos.

Vuelcos para las gatas, lentitud al arácnido.

Las vehementes efímeras hinchadas y sonoras

giren sobre la luz central del foco de la luna.



Las lunaciones muevan las aguas infinitas.

Frecen los peces y abaniquen los huevos.

Tenga la bonelia mil machos en su entraña.

El elefante marino, su báculo en las hembras.

La almeja, en soledad, jadeos y fusión.



En las exuberantes selvas de Tanzania

la elefanta se doble y caiga de rodillas.

El ácaro, en el útero materno, inserte a sus hermanas.

Desentierre la pallida a una recién nacida y la fecunde.

Salga el escorpión buscando amor y m...

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© Zalberto | mayo - 2025