 El chochín pierde la carrera para ave del año
He votado por el alcaudón real en el tradicional concurso popular (hasta el próximo día 15) que convoca SEO/ Bird Life para elegir al ave del año 2019 y en el que el trío de finalistas lo completan el chorlitejo patinegro y el aguilucho cenizo (que obviamente lo tiene difícil).
Tengo debilidad por el alcaudón, con esa costumbre de serial killer de empalar a sus presas en pinchos y espinos para almacenarlas, pero a quien me gustaría de verdad poder votar, y que no ha sido ave del año en ninguna de las 28 ediciones, es al chochín. Imagino que su chocante nombre, que lo hace proclive al cachondeo fuera de los círculos ornitológicos (y dentro también), le ha apartado estos años de la carrera por el prestigioso título. Y eso que “SEO premia al chochín”, da para un llamativo titular.
El chochín (Troglodytes troglodytes), que prolifera en nuestros jardines, es noticia, precisamente, por la publicación de una espléndida monografía sobre él, escrita por el naturalista británico Stephen Moss, uno de los grandes divulgadores de la ornitología y con el que tuve el privilegio de intimar hace dos años durante el Delta Birding Festival, la gran cita del birdwatching en el Delta del Ebro, pese a que le sorprendió vivamente mi incapacidad para distinguir un falaropo de un pollo a l’ast. |