viernes, 15 de noviembre de 2019
Salí al jardín. Era verano. Una mañana sin todavía mucho calor. Empecé a cavar. Primero hacia abajo. Luego me emocioné y decidí hacer un túnel. "Apuntala" me decían. No lo ví necesario. Cavé túneles paralelos y luego perpendiculares y las intersecciones formaban oscuros pilares. Cuando ya tenía una amplia sala empecé a cavar otra escalera y comencé a hacer un segundo piso. Entrecruzaba pasillos y creaba pilares con arte superior. Al alcanzar el tamaño del primer piso, nada me podía parar, .. en una esquina empecé el agujero hacia el tercer piso. Sudaba. Pero no podía parar. copy&paste de un comentario del Periódico de Cataluña |