Yuri Bórev, en Staliniada, hace un resumen brillante y triste del Siglo Breve soviético:
«El tren se dirige hacia un futuro luminoso. Lo conduce Lenin. De pronto: stop, se han acabado las vías. Lenin apela a la gente pidiendo que trabaje horas extras los sábados; se colocan más vías y se puede continuar el viaje. Después se pone a conducirlo Stalin. Y también se acaban las vías. Stalin manda fusilar a la mitad de los revisores y de los pasajeros y obliga a los demás a colocar vías nuevas. El tren se pone en marcha. Jruschov sustituye a Stalin, y cuando se acaban las vías ordena desmontar las que el tren ha dejado atrás y colocarlas delante de la locomotora. Jruschov es sustituido por Brezhnev. Cuando vuelven a acabarse las vías, Brezhnev dispone que se corran las cortinas de las ventanillas y que se balanceen los vagones de tal manera que los pasajeros crean que el tren continúa en marcha» |