Saint-John Perse
1 comentario sábado, 13 de marzo de 2021

El final y el contrapunto

En los años treinta Leger era la voz más reputada del Quai d’Orsay. Todos y cada uno de los gobiernos de esa década convulsa se encomendaban a su criterio, si bien en Múnich sostuvo una línea mucho más férrea que Daladier en defensa de la independencia checoslovaca, hasta irritar a Hitler, quien lo definió como un pequeño martiniqués saltarín. El criollo, otro de sus apodos, huyó de Francia al ver el rumbo hacia el armisticio del Mariscal Pétain, sepulturero de la Tercera República. Leger emigrará, en otro de sus vaivenes cruciales, a los Estados Unidos, no sin antes refutar la colaboración con De Gaulle, por discrepancias en torno a la legalidad del General exiliado, e intercambiar puntos de vista en el 10 de Downing Street con Winston Churchill.

Durante la Ocupación nazi otro diplomático se configuró en contrapunto de Leger. Paul Morand estaba orgulloso tanto de su nombre como de su apellido, parisino de pura cepa, fanático de lo mundano y cosmopolita con querencias británicas, agregado en Londres para, a continuación, prestar servicio en Roma y Madrid. Las contradicciones de Morand, captadas a la perfección en su biografía escrita por Pauline Dreyfus para Gallimard, se mimetizan con los años veinte. Casado con una princesa proustiana, devoto e íntimo del novelista de 'En busca del tiempo perdido', solicita una excedencia, sólo reingresará al cuerpo en 1939, y brilla como un escritor modernísimo, cínico al priorizar lo monetario al arte hasta escoger lugares de las tramas en pos de su futura comercialización, ampliada por su dominio en el género del relato.

Otro diplomático, Paul Morand, se configuró en contrapunto suyo

Eso no implica estar ante un superventas sin más, de hecho, esa popularidad le perjudicó durante ese presente y sólo el amor de los húsares, Roger Nimier, Jacques Laurent, Michel Déon o Antoine Blondin, resucitó en los cincuenta el aprecio hacia su prosa, controvertida hasta nuestros días por encuadrarse en una literatura de derechas incómoda por las conexiones colaboracionistas de muchos de sus integrantes. En esto Morand fue un primor. En la balnearia Vichy fue miembro del gabinete de Pierre Laval hasta ser destinado en 1943 como Embajador en Rumania. Bucarest le era útil para controlar el patrimonio a la deriva de su esposa, acompasado con la incertidumbre por las ofensivas soviéticas; al ver próximo el ingreso del Ejército Rojo pidió continuar en el cargo en la neutral Suiza, enrocándose durante diez años en Vevey, fugado de la justicia francesa a la espera de una redención, definitiva, paradojas, en 1968, cuando fue elegido para la Academia Francesa, su sueño, aunque De Gaulle no le recibió en el Elíseo, como es costumbre.

Durante su otoño Morand devino el último mohicano de los salones parisinos, donde aconsejaba hasta en sus silencios a Patrick Modiano, Nobel de Literatura en 2014 y con una trilogía de debut demasiado ignorada desde su transgresión, sobre todo despampanante en 'El lugar de la estrella'. Su mentor dejó como testamento, antes de expirar en junio de 1976, un último período esplendoroso, de 'Venecias' hasta su 'Diario íntimo', y reposa en el cementerio Greco-Oriental de Trieste. Alexis Leger, 'nom de plume' Saint-John Perse, falleció el 20 de septiembre de 1975 en la provenzal Hyères, situada literalmente en una casi isla, donde quien quiera puede homenajearlo en su lápida, distante como la de su colega, ambos ubicuos con distinto dandismo, ambos misteriosos en la remota geografía de sus sepulcros.

#sigloXX - #francia - #paraleer

comentarios
1alberto 
13/03/2025 8:51:39
Marie René Auguste Alexis Léger,1​ cuyo seudónimo fue Saint-John Perse (Pointe-à-Pitre, Guadalupe, 31 de mayo de 1887 - Hyères, Francia, 20 de septiembre de 1975) fue un poeta y diplomático francés, nacido en la isla americana de Guadalupe, entonces dependencia del Imperio Colonial Francés en las Antillas y, desde 1946, departamento de ultramar de la República Francesa. Formó parte del cuerpo diplomático francés de 1914 a 1940 y recibió el Premio Nobel de Literatura en 1960.

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